La Cuenca Mediterránea, siendo el tercer hotspot mundial más significativo en relación a la diversidad de plantas, es un área donde la conservación de la flora y la restauración ecológica de hábitats tienen una importancia capital para el desarrollo sostenible. Las prácticas en restauración utilizando planta autóctona localmente adaptada con suficiente variabilidad genética intraespecífica pueden contribuir a mejorar la gestión del ecosistema, a la vez que se fomenta la conservación de la diversidad de plantas. En el caso de hábitats con alto valor de conservación, las prácticas en restauración adecuadas son todavía más cruciales.

Uno de los mayores problemas para los países de la Cuenca Mediterránea es la ausencia de material de propagación de planta autóctona para las actuaciones de restauración. En la mayoría de los casos, incluyendo las reforestaciones y las acciones para combatir la desertificación, en lugar de material de propagación de plantas autóctonas bien adaptadas a las condiciones locales, se emplean pocas o ninguna especie autóctona. Esto es resultado de la falta de conocimiento pero también de la ausencia de viveros que produzcan planta autóctona. En otros pocos casos en los que sí se utiliza planta autóctona, se necesitan estándares científicos que aseguren las sostenibilidad de las acciones de restauración.

El uso de planta autóctona en espacios verdes como parques, granjas y jardines se ve también limitado por la falta de conocimiento y de material de propagación. En muchos casos, aunque puede haber demanda de tales plantas, se utilizan especies alóctonas, plantas ornamentales exóticas o incluso especies invasoras.

Un hotspot de biodiversidad se define como un área que alberga al menos 1500 especies de plantas endémicas (especies que no crecen en ninguna otra parte del mundo), y que ha perdido al menos el 70% de la superficie original de sus hábitats. Sólo un 5% de los hábitats originales existe todavía en la Cuenca Mediterránea y son fundamentalmente las actividades humanas las que han causado su degradación o destrucción y la consiguiente amenaza para las especies de plantas autóctonas.

Por restauración ecológica de hábitats se entiende la asistencia a la recuperación de un hábitat que ha sido degradado, dañado o destruido, mediante el uso de especies de plantas autóctonas genéticamente locales para su restauración. La Restauración ecológica en sentido más amplio implica el intento del restablecimiento del ecosistema en sí, así como de los servicios para la humanidad. También implica actividades como el control de la erosión, la eliminación de especies alóctonas invasoras, y el tratamiento de las causas, más que de los síntomas, de la degradación.

Bibliografía

Mittermeier, R.A., Robles Gil, P., Hoffman, M., Pilgrim, J., Brooks, T., Mittermeier, C.G., Lamoreux, J., da Fonseca, G.A.B., 2005. Hotspots Revisited: Earth's Biologically Richest and Most Endangered Terrestrial Ecoregions. University of Chicago Press, Chicago, USA.

Society for Ecological Restoration International and IUCN Commission on Ecosystem Management. 2004. Ecological Restoration, a means of conserving biodiversity and sustaining livelihoods. Society for Ecological Restoration International, Tucson, Arizona, USA and IUCN, Gland, Switzerland.

Lecturas adicionales

Cañadas E.M., Fenu G., Peñas J., Lorite J., Mattana E., Bacchetta G., 2014. Hotspots within hotspots: Endemic plant richness, environmental drivers, and implications for conservation. Biological Conservation 170 (2014) 282–29.

Nellemann, C., E. Corcoran (eds). 2010. Dead Planet, Living Planet – Biodiversity and Ecosystem Restoration for Sustainable Development. A Rapid Response Assessment. United Nations Environment Programme, GRID-Arendal. www.grida.no